miércoles, 25 de noviembre de 2009

La danza.

La magia de los movimientos, la capacidad de simular volar, la belleza de las líneas, la fuerza que hay que sacar desde el interior, el esfuerzo, el sudor, el dolor...
Y la felicidad del resultado, la emoción del momento, la adrenalina en nuestro ser, los nervios en los primeros segundos, el orgullo de las personas que te quieren, LA PLENITUD.

Cuando todo va mal.

Cuando no te quedan ilusiones en las que trabajar, por las que luchar, cuando las ganas de vivir brillan por su ausencia, cuando no te contentas con tus virtudes y sólo sacas a la luz tus defectos repetidamente, cuando haces daño a los demás porque ya no puedes hacerte más daño a ti misma, cuando tropiezas en la misma piedra infinidad de veces, cuando no te quieres ni valoras...
Empieza a cambiar.

Escrito en un día en el que todo iba mal.

Cinco meses sin ti, Michael.

Van consumiéndose las horas, los relojes avanzan acompasadamente, y tú ya no estás aquí. Desgarraste una parte de mi corazón, la anhelo, pero a la vez estoy feliz porque sé que está contigo.
Ya no siento tristeza, ya no siento pena, sólo tengo en mi interior coraje,rabia y fuerzas para luchar y conseguirlo, por , por mí, por los dos...
En estos cinco meses he aprendido mucho, he vivido emociones nuevas y sentido una adrenalina inmensa, y sé que es eso a lo que quiero ceder mi vida, pero lo que nunca aprenderé es a olvidarte a tí.